Despues de todo Ernesto. Su duda en el telefono era comprensible. Es comprensible su locura y su belleza, tal vez más blanca y delicada que lo que la habia visto.Los encuentros así deberían suceder siempre, aunque sean pesados, no esperados y nopase lo que deberia pasar.Tenia una herida en su mano, mano que debo nombrar me gusto, y no por la costumbre de que las manos hagan juego con la cara, o que vayan como complemento a la locurao un augurio de la tristeza por venir, me gusto porque era suya, no mas. Despues de todo yo, mientras yo la miraba se desangraba poquito a poquito, pero seguro era sangre de esas que ya no se ven por aqui, un espejo para espantar a la cordura y alguien que allí sobraba. O bueno dirán uds que estaba de más.
Debí haberme quedado allí, como un estorbo más, tal vez un arbol más con frutos de esos que caen y van dejando un vacío, o tal vez como una de esas láminas de hierro que se oxida con el paso del tiempo, y claro la actitud del clima diran, debí disfrutar más de su presencia, y seguro, ella más de mis traumas, debí hacer parte de su ansiedad extrema, dije lo necesario y me guarde el resto. Ya la sabes, por aquello de que después de todo yo.
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