Ojalá leyeras esto como las palabras no dichas, como las preguntas no respondidas y como el temor infinito de contarnos la verdad, mirar para atrás y devolvernos antes que el futuro nos agarrara sin querer.
Ese día sentí un enorme vacío, una parte de mí que se habia ido contigo y no tenía ni idea de cual, ni para donde, seguramente el porque me lo guardo para mis adentros. Y ni siquiera era un vacío confortable de saber que por lo menos esa parte de mi te iba a acompañar por el resto de tus días. Fue la culminación completa, el instante preciso, en que mi culpa se volvio realidad, deje de sentirme culpable a ver en la realidad que yo tenia la culpa de que ya no estuvieras aquí. Días, meses, noches y tiempo después es evidentente que no voy a dejar ese sentimiento de lado, donde ofrecimos más, donde soñamos sabiendo que nos equivocabamos y donde confundíamos tu mirada, nuestros abrazos con hacer del otro la persona maravillosa a la que siempre habiamos esperado.
Quiero hacer ese viaje hacia ti, hacia tus ojos y reencontrarme con tu abrazo, con tu inocencia y con tu vida vivida más de lo que parecia, tal vez para ese entonces ya no me interese la historia no contada ni el resto, estoy seguro que al igual que la primera vez que te ví, tus ojos tendrán la culpa, el sentimiento de conocerte de siempre, tal vez de otro mundo volverá. Es el viaje prometido y la actitud requerida, en cierta forma es como encontrar esa parte de mi que se fue, eso que nunca hicimos y la oportunidad inolvidable de decirte que eres la niña más hermosa del mundo, tal vez regalarte una flor de esas que ya no se ven y no preocuparme por lo demás, por nuestros corazones que saben omitir la verdad y son heridos día tras día. Como extrañare tus abrazos, como me enloquece saber que me diste las ganas esperadas para poder continuar, cuanto daño me hace sentir que la culpa fue de tus ojos y no de mi incapacidad de entenderte.
Mientras preparo mi equipaje para volver a ti, dejame decirte gracias en silencio y permitele al universo, donde quiera que estes, ver que no solo la hermosura va por fuera, sino desde adentro, sentimientos, sueños, errores y sobre todo abrazos, el único problema es que yo la perdí cuando se me fue a través de tus ojos.
Ese día sentí un enorme vacío, una parte de mí que se habia ido contigo y no tenía ni idea de cual, ni para donde, seguramente el porque me lo guardo para mis adentros. Y ni siquiera era un vacío confortable de saber que por lo menos esa parte de mi te iba a acompañar por el resto de tus días. Fue la culminación completa, el instante preciso, en que mi culpa se volvio realidad, deje de sentirme culpable a ver en la realidad que yo tenia la culpa de que ya no estuvieras aquí. Días, meses, noches y tiempo después es evidentente que no voy a dejar ese sentimiento de lado, donde ofrecimos más, donde soñamos sabiendo que nos equivocabamos y donde confundíamos tu mirada, nuestros abrazos con hacer del otro la persona maravillosa a la que siempre habiamos esperado.
Quiero hacer ese viaje hacia ti, hacia tus ojos y reencontrarme con tu abrazo, con tu inocencia y con tu vida vivida más de lo que parecia, tal vez para ese entonces ya no me interese la historia no contada ni el resto, estoy seguro que al igual que la primera vez que te ví, tus ojos tendrán la culpa, el sentimiento de conocerte de siempre, tal vez de otro mundo volverá. Es el viaje prometido y la actitud requerida, en cierta forma es como encontrar esa parte de mi que se fue, eso que nunca hicimos y la oportunidad inolvidable de decirte que eres la niña más hermosa del mundo, tal vez regalarte una flor de esas que ya no se ven y no preocuparme por lo demás, por nuestros corazones que saben omitir la verdad y son heridos día tras día. Como extrañare tus abrazos, como me enloquece saber que me diste las ganas esperadas para poder continuar, cuanto daño me hace sentir que la culpa fue de tus ojos y no de mi incapacidad de entenderte.
Mientras preparo mi equipaje para volver a ti, dejame decirte gracias en silencio y permitele al universo, donde quiera que estes, ver que no solo la hermosura va por fuera, sino desde adentro, sentimientos, sueños, errores y sobre todo abrazos, el único problema es que yo la perdí cuando se me fue a través de tus ojos.
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