Asi nadie me lea

La ví ahí mismo, se subió en mi misma estación de las aguas, con el viento helado que baja de los cerros y la neblina que no deja ver a monserrate. Su cara se me hizo familiar pero me fije más en su pinta, en que iba preparada para ese viento que mata y rompe corazones, tenía una gabardina que le llegaba hasta el piso, y una bufanda que protegía su cuello de los vampiros que rondan por ahí. Mientras hacía la fila para no perder la silla indicada, pero como siempre todos me sobrepasan y termino es en silla en dirección contraria, como el salmón, a lo que debería ser el camino de regreso, ella entraba, miraba el plano y consultaba con el policia de turno si ese expreso la llevaría de vuelta a su mundo. Ella no alcanzó a tener una silla para soportar la cotidianidad del viaje nocturno y se fue mirando los viejos edificios vacíos a través del cristal, donde instante tras instante alguién la escuchaba cantando las canciones de moda que cantaba en el silencio de las 10 y el pito de tanto celular con su linda boca y sus labios modulando frases que seguro yo también conozco. No solo sus labios eran lindos y pequeños, ella en sí parecía salida de otro cuento, de ese cuento del laberinto, donde no sabemos que se esconde detrás de lo de siempre, era la misma niña de ese cuento, y no se porque andaba en mi mismo camino. Supongo que fue el miedo que te dió esa noche, cuando nos agarrabamos la mano no solo por el susto sino por tener el placer de vivir ese amor que jamás se podrá. Camino al BosqueIzquierdo nos perdimos en el laberinto de lo que nunca pudo ser ni será, y ahora que he perdido tu rastro se me aparece ella. A mitad del camino una señora con un aviso de mas de un pliego de grande en icopor anunciando no se que se me interpuso en mi visión de niña tan preciosa, luego fueron muchos ejecutivos, pero no, simplemente ella desapareció en su sueño y en su destino. Hoy estará por ahí en otro lugar cantando en silencio la música que nos gusta, así nadie la escuche. Así nadie me lea.