Recibí su llamada como a eso de las 3, y si no me equivoco fue mas o menos a esa misma hora que años atrás un 21 de algún mes se abría la tierra en dos en algún lugar de este país, mientras yo curaba mis tristezas académicas disfrutando de su piel color chocolate. Meses después todo cambió, dicen que también resulto con algún amigo mío, pero que va nunca me importó... atrás quedaron los tiempos de las fiestas de 15, los vestiditos cortos mostrando la pierna, los perros de lalos, los amigos comunes, el bacardi limón, los cuartos azules....
Me había despertado con la ajena convicción de escribir algo sobre aquella vez, mejor dicho me había despertado pensando en tí, después vino la llamada y tu voz tan, tan como siempre. Apenas te oí imagine tu cuerpo, tu actitud y todo lo que me perdí. En el fondo supongo que así tenía que ser. Años después detrás de la perla o lléndote a buscar a las canchas lo comprobamos, estábamos más allá del bien y del mal... Pensándolo tanto pero tanto tiempo después entiendo mucho de lo que nos paso, y añoro lo bien que la pasamos, me reniego de haberte arruinado el instante tantas veces y me odio por no saber bailar para haberlo disfrutado contigo. Serás como algún día lo hablamos en cartas de colegio y cosas que a uno le da por escribir, una parte de mi que se fue, media parte siempre la tendrás contigo, aprendimos luego a vivir y aquí estamos. Esa noche después de tanto Lennon y YokoOno, de televisión esa que ya no existe, del frio piso, estabámos ahí con las ganas al máximo y esperando el amor en silencio, te pregunté si asi era, dijiste que sí. lo que vino después fue mejor y camino a la vuelta te agradecí eternamente por aquel momento. Desde entonces mi gusto por tantas cosas, y sin lugar a dudas este otro día también cambió el rumbo de para donde iba. Tantas cosas nacieron en ese cuarto azul.
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