No soy una cifra en tus cuentas que no cuadran, ni siquiera significativa, ni siquiera número equivocado. Mientras soñabas con torres de caramelos de colores que evocan las épocas de la naturaleza yo me encontré con superhéroes, con animales que se escaparon de sus jaulas, con próceres de la independencia que no triunfaron, con princesas que no tenían su principe azul, incluso con mis pasos perdidos en búsqueda de algún paraíso infernal. Y no no entendía, pero tampoco hice el esfuerzo por tratar. Mi único vicio es esta negra cococola roja que me recuerda que los demás están locos y que me produce la rara sensación de que me gustes asi tan loca tan sola tan bruja. ¿Harías una pócima por mí y me invitarías a tu aquelarre de frases bonitas e instantes preciosos tesoro pluscuasiperfecto de antepasados chibchas?
José está triste, no solo porque juan es mejor sino porque se dió cuenta que incluso ni con sumas ni con restas ni con divisiones significativas puede llegar en vuelo directo perpendicular a la esquina de tu cuaderno de apuntes, pero mientras se conforma con ser el cociente del resultado que no encuentras.
Hoy también estoy triste, te has dado cuenta que siempre te escribo cuando estoy triste?... Entonces obvio sabes que siempre lo estoy y que me rehuso a convertir los instantes mágicos de felicidad que me das en excusas perfectas para tachar mi destino cruel y escribirte frases bonitas dignas de sumerce. Esta historia no es tan larga ni tan mágica. Y siempre siempre termino entendiendo que no se puede querer con inteligencia.
Date un paseo por los aires en tu escoba de sustancias prohíbidas y pasame a buscarme cuando te detengas ante un quizá; y es que si también fueras bruja yo incluso nunca sería tu embrujo pero igual te escogería para esta noche de todos los muertos.
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