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viernes, 12 de diciembre de 2008

Mariposa Tecknicolor

No es necesario hablar de mariposas ni pintar bosques para tratar de encontralas, es más no voy a hablar de vuelos circulares ni de colores planos. En la esquina de la plaza, en el parque que nos une y donde no nos volveremos a sentar, en cualquier mirador a la realidad, hay una hierba que crece y que tu consumes para pasar de violeta a amarillo y de amarillo a verde y luego a rojo bajo el mismo cielo azul, estas parada viendo el vacio detrás de ti, minutos más tarde saldrás espantada cuando maria soledad cruce con afan en búsqueda de su amor desesperado. Les voy a pedir un poquito de silencio, canten bajito y escuchen la melodía del amor nos imploraba rodolfo casi 10 años atrás, otro día se le ocurrió tocar el teclado mientras charly y mercedes cantaba, yo estuve ahí cuenta josé. Me invade tu color de piel y tu sonrisa de felicidad, una de las muchas cosas a las que me estas acostumbrando, y un camino, un al lado del camino, para llegar a donde siempre debimos estar. Si extraño y demás. Mañana también tendrás un vestido y un amor, y tal como me lo contaste la luna será compañera de madrugada. Muchos años después, en la misma mesa de siempre, se volverían a sentar, y el intentaría escribir el final de esta misma historia en el capitulo perdido y equivocado. La musica nos acompaña pensaba violeta mientras decidía de que color tinturarse el pelo. Se sentó y escribió en alguna hoja de su cuaderno: me fascina cuando la gente no dice nada. Algún día estaremos en la calle 13 que sonaba esa noche, la tomo cuidadosamente por su cintura, sintió su aroma impregnado por años pero perdido por idiota, subio con calma y tomo su precioso rostro, su 50% de siempre volvió, su maravilla, su 8am, su john lennon, te vi bailando beatles lo sé, te besé para que no te vayas nunca, para equilibrar nuestra balanza e igualar nuestra alegria. Me gusta sentirte a mi lado. Violeta se acostaría esa noche triste como muchas de las otras, cumplía años y no entendía aún su misión en esta vida, se quedó dormida en el balcón donde crecía la matica y su habitante tecknicolor y solo
despertó para ver la plaza vacía y contar para siempre nunca jamás la historia de la novia que se quemó viva, alcanzó a pensar: esto solo durará 5 minutos. Yo quiero que dure una felicidad. Justo cuando terminó de narrar los hechos absolutamente necesarios supo que el amor había vuelto.
Mi ñaña preciosa gracias por volver.

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