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jueves, 12 de marzo de 2009

Desvanecer

De repente voy por ahí observando manos que me lleven a ti, buscando algunas un poco o por lo menos parecidas, no tan bellas, no tan tuyas pero suficientes para que te reemplazen y me evite sentirme culpable de tanta locura inconclusa. Estas ahí leyendo, sin ropa, con la piscina humeante que te invita y la playa que te recuerda, el humo del chocolate caliente te sacude, cierras los ojos, me maldices, te maldices incluso, hay un cementerio en forma de montaña sobre una neblina suave con una iglesia atravezada, te vistes de dorado, de nuevas zandalias, me odias otra vez, me recuerdas, cantas en vos baja, la vida afuera no ha parado, no parará, a lo lejos me ves buscando tus manos, quieres encontrarme, tu visión se ha desvanecido, mis perdones serán eternos, incluso mis ganas tambien, el resto, que importa el resto cuando hay manos tan bellas...