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jueves, 24 de septiembre de 2009

Amor

Hacía un viento fresco en el parque a eso de las dos, las hojas verdes se movian lentamente esperando como yo que pasaran los minutos.
Minutos eternos, soleados y ahora bajo un arbol cualquiera en el parque de mi barrio, del que nunca
saldré jamás.
Alguién cantaba al revés. El se desesperaba, se calmaba, deseaba tenerlo todo. Nadie entendía el
porque, solo había bienestar en sus deseos y un poquito de tranquilidad.
Se le vino el mundo encima y el deseo tal vez de ser feliz.
Pasaron los minutos y seguía en el mismo parque. Nunca habrá solución porque los problemas
no deberían existir.
Vio a los niños jugar, contó cada una de las horas y escribió un cuento en ese instante y en ese espacio. Tal vez alguién lo encuentre. Tal vez a alguién le interesa.
El escribió un final feliz.