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jueves, 25 de marzo de 2010

Lo importante es llegar


Me invitó a nadar. Bueno realmente yo accedí, e incluso planee todo desde el principio. Estaba pensando en como ganarse unos besos de más y unos pocos pesos de menos. Decidimos gastar 4 kiles cualesquieras en comprar moneditas de la suerte sabor cebolla con salsa y al rato quería pintarse punticos amarillos en sus dedos azules, no sabía porqué pero le parecía que hacía juego con sus zapatos crema maracuya.
El otro día la volví a ver mientras intentaba coronar a su rey y desbancar a su torre, nunca serás alicia pensé. Era dificíl no sentirse uno necesitado estando afuera cuando ella estaba adentro, cuestión del cigarrillo pensaba yo que afecta la forma como respiras.
Me vió volver justo después de orinar y me pidió un beso... era justo lo que yo esperaba; sin renegarme ni pegarme contra mis paredes imaginarias se lo dí cuando llegaba el avión que la llevaría muy tarde en mi opinión al comienzo de su vida, nunca tendría un reemplazo ideal para él, ni siquiera yo.
Siempre le dije que su edad no correspondía a lo que aparentaba, o al revés, que vivía en otro tiempo equivocado y que por lo tanto se equivocaría con todos los otros equivocados. Nunca supe como no quiso entenderme y mucho menos decirme que no pero ahora que le dedico este grande post la recuerdo llorando en ese anden cuando llegué y sonriendo en ese traje de buza cuando me fuí. Me preguntó cuando iba a volver y solo se me ocurrió decirte desde el fondo de mi olvido: lo importante es llegar.