Buscar este blog

martes, 1 de junio de 2010

La eñe no hace falta.

Vete Toto aunque no sé como suena ni mucho menos que significa.
Mucho menos para qué por que´y de donde. Lo cierto es que voy a extrañar esto y lo otro.
Querer eso y lo ya no posible es imposible. Necesidad elemental para terminar debajo del porqué y encima del yo no sé, y no se quién ni tampoco en donde como en la frase anterior.
A donde te vas? A Argentina mi amol. Vienen los buenos y los otros aires. Los otros tiempos.
Los tiempos que no entenderás y peor, los que nunca quisiste vivir y mucho menos saber entender, son los de Bogotá. La Bogotá del ojalá y del olvido que nunca vendrá.
Vendrá cuando entiendas que nunca quisiste irte.
Dame estrellas de tu pasado y planetas de tu inmediato destino para saber pa donde voy y porqué. No lo dudes los sobrevolaré.
Y luego tan solo pediré auxilio. Auxilio he de tener cuando simplemente no he de tener música así oís. Ois es lo que necesito.
No porque la necesite, vos sabes que es solo así no más.
No me extrañes, no es necesario que nadie entienda esta primera línea de mi futuro cercano.
Te veo, pienso y me digo: vetetoto. Vete que me haces daño, no me hables que no lo quiero, no me dejes que es posible que me acostumbre.
Que me acostumbre a la absoluta suerte de recordar los últimos días, antes de que sepas que no es posible ni medianamente probable ni malditamente necesario que me abandonaras al lado de la nada, al nunca del siempre. No te queda bien.
Me voy para no hacerte caso, que sería lo mismo que hacertelo.
Te haré caso desde lejos. Toma a tu psicologo: te lo presento: Buenos Aires.
Te oigo con un cigarillo y tu falda corta repitiéndolo hasta el puto fin de tus no tan geniales ideas: vete toto.
Tómalo eternamente como mi venganza, como tu garaje, como no hay pa donde más coger, porque nunca llegarás, como idea elemental, aunque no sepas lo que es una idea que es lo que no has de querer.
Has de quererlo, has de negarlo. Me engañaste y me dejaste así no mas.
No realmente no es no mas, es mucho más hasta el cansancio.
No es que no lo quiero.
Mientras tanto síguete tomándote fotos en mi barrio favorito, en el que no he de olvidar, y el
que desde ahora recordaré sin tí.
Entiéndelo: no se dice vetetoto. O por lo menos a tí sería a la única que no te haría caso.
Me voy por lo mismo, porque no me haces falta eñe.