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domingo, 16 de octubre de 2011

Letras condensadas

Era capaz de mover sus oscuros ojos verdes tres milímetros exactos para provocar un temblor al otro lado del mundo.  Tenía muchos libros para leer, una calculadora para contar sus otros mundos, un teléfono para no responder y un frasquito donde guardaba el secreto de su belleza: lo llevaba consigo siempre, y antes de dejar el lugar donde había estado recolectaba su aroma y lo guardaba en él.
No era capaz de leer o escribir una línea sin mover provocativamente sus labios rosados y su mejor reto eran sus cejas pobladas intentando descifrar la ecuación del día.
Me la encontré una tarde el martes de carnaval, justo el día en que anunciaron chaparrón, mientras yo confundía espejos con ventanas y rios con venas latientes.  También confundía sus manos de muñeca con lo suave de su corazón dibujado en la remera y confundido a la vez, con lo largo de su narración porteña. Sus manos hacían juego con su sin razón y con ese texto en capital y colegial que decía "Matemática."
¿Te quedás en la mesa?, me preguntó. Sin poder desconcentrarme de la música que daba vueltas precipitosas en mi oído izquierdo, atiné a responderle un "sí, dale."
Mientras terminaba la tarta de queso y jamón, la seguí viendo sin verla, su espacio estaba maravillosamente intacto, perpetuado por la llovizna ligera que justo en el instante cayó de repente en ese puerto olvidado de la civilización.  La vi acariciarse su largo cabello rubio mientras miraba al otro lado del rio y entonces pensé: solo le hace falta una variable para descifrar por fin la ecuación de su vida perdida.
Así que dando tres tumbos por la mesa de retazos de madera, aprovechando su no ausencia, llegué hasta su esquina riesgosa, hasta la punta de su nariz platónica y no presente, tomé el frasquito de vidrio color púrpura, lo abrí y lo esparcí encima de estas letras para no correr el riesgo infinito de tomarle una fotografía mental equivocada, sino dejarla condensada para siempre entre la a y la e, sin pasar por la d, condensada para siempre en este post irrompible, en éste puro blanco cosmético y explosivo. En éste ojalá te vuelva a ver.

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