(...) Quiso huir y convertirse en protagonista de un cuento donde narrador y lector se confunden en sinfonías musicales inconclusas que dan la sensación de poder confiar. Quiso saltar entre renglones y parlamentos, convertir el drama en comedia, y la comedia en reality, y el reality en cuentos de hadas, y los cuentos de hadas otra vez en sinfonías y en canciones cursis y no tan de modas. Quiso tener una manta y amarla tanto como ella a él. (...)
Agosto, 2014.
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