Lo único cierto es que el agua bajará por la escalera, y yo subiré mientras, te sonreiré tal vez, te querré invitar a nadar a otro lado, se acabara la vida para algunos y las burbujas para otros. Había pensado nombrar cada uno de esos instantes en lista ordenada y cuenta regresiva hasta el punto final, hubiera querido instalar a forma de exposición gratuita una de tus lágrimas de esa noche, debería ponerle banda sonora a esta historia. Ahora creo que el clima era parecido e incluso la ciudad la misma y después de la última vez que hablamos donde preferí darle el lugar a Andrés, como siempre y desde un principio, entendí mucho del mar y del color azul, del agua que se fue esa noche, de los pescados y de los mariscos, de lo bonito de poder nadar solos pero en compañia, de la magía de saber que algún día uno llegará a la esquina de siempre. No se si necesitase otro perdón o otra explicación. Saladine ya no existe ni tampoco venden los helados para refrescarte el alma. Hablamos de futbol y rocknroll, nos volvimos a ver para bailar ballet y nos perdimos en el baño de un bar. No se porque jamás los volví a ver. Y no es que no quiera y no pueda. Gracias tu por el tiempo de la cienaga y la inundación.... solo eso pasa cuando se rompe una pecera.... se nos inunda la vida.
pd. te dejo viajar eternamente sin documentos para que nadie te pregunte el porque, y nadie entonces recuerde el cuando. Fuí feliz intentando ser el único que muerda la boca.