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domingo, 9 de octubre de 2011

No pienses de mas.

Empezó a vivir a deshoras, transitando por calles de casas vacías.
Por esas calles empedradas y divididas en dos por la ruta del tranvía del pasado.
Caminaba sin sentido alguno, generalmente en la dirección contraria.
Le encantaba no decir nada, tatuarse palabras en el alma y llevarse lentamente
la birome a los labios para simular que escribía versos necesarios.
Sabía a chocolate caliente de las seis de la mañana, humeante, resplandeciente y oscuro. En sí, ella era toda una contradicción. Como yo.
Cuando llegó esa mañana, sin conocerlo le pidió un beso, solo porque sabía volverlo adicto a sus viernes y a sus piernas de cantante francesa.
Quiso entonces ella seguir su rumbo, sus aires y sus letras y se encontró con sus
dedos, con sus clases, con su Paris inventado.
Tenía ojos aceituna, piel amarilla y dos huequitos en su rostro para guardar las ilusiones, cajas para que.
Sabía como perderse y dar vueltas en laberintos subterráneos. Le encantaba llegar a ningún lado. Dicen entonces que tardó 261 días en cavar 6000 kilómetros imaginarios que le permitieran encontrar el tesoro deseado. Cavaba siempre de madrugada, justo después de que llegaban de bailar el candombe olvidado en el puerto de las postales pegadas en la puerta que daba al más allá.
Al final nunca encontró el Dorado. Y no, no pienso de más.

jueves, 29 de septiembre de 2011

La ilusión líquida

Aquí estoy yo caminando sin tocar el piso, esperando mientras ella espera.
Pensando en otros idiomas, en otros mapas, en otros puertos.
Cruza las piernas blancas, mira la pantalla de su teléfono, se detiene en la pared y lee en francés. Disimula.
Levita, como el agua de color agua de panela que toma.
Tiene ojos azules y uñas rojas, habla en argentino.
Y es que aquí puede ser que no sepas lo que habla el de al lado y que tal vez lo que escuches sea solo el eco de un tiempo que no coincide con el tuyo.
Pantalón gris. Calor en las piernas.
Es aquí y allá al tiempo y las palabras que quedan flotando en tres metros de distancia.
Bufanda fuscia. Bolso grande.
Soy yo encontrándome en palabras y teorías imposibles.
Es la ilusión líquida.
Es tanto azul flotando y tan arrebatao.
Es la gata, es la valiente, es la piel de tigre en sus zapatos invisibles.
Es la cumbia, el tango, el candonbe, la cintura, el taco, la birome, la postal
y el ay not dead.
Mejor aún, el aquí feliz estoy yo sin tí.

viernes, 19 de agosto de 2011

Destino


Se vienen los verdes, los amarillos y los besos pasito.
Se oye la música de arrabal.
Los destinos que van al sur nunca concuerdan con el norte.
Y de repente la nostalgia que te invade y la voz aquella susurrando al oído: ven a visitarme.
Las sonrisas, los soles, los cines.
Las montañas que nos gritan. Tu.
Los besos robados, los abrazos y la comida mexicana.
La hermosura a flor de piel, las clases y los otros destinos.
Tus ganas infinitas y el olor de esa calle de la universidad que no olvido.
Hoy vuelvo a decirte hermosa.
Hoy vuelvo a desearte que siempre llegues a tu mejor destino.
Este post sabe a compota.

domingo, 14 de agosto de 2011

El tan.

Colores que se entremezclan en blancos que no ves.
Cables que no ves en conexiones que existen.
Rojo sobre negro.
Metros fue lo que quise escribir, incluso pasos.
Pasos que se pierden cuando volteas en la esquina que no cuadra.
La calle que termina donde todo empieza.
El empezar de todo aquello que no termina.
El término como capítulo borrado del guión.
Una montaña, dos montañas, tres montañas.
Digánle a ella porqué me fui.
Poco a poco entiendo el tres.
Uno nunca podrá entender el tan.
Go.

sábado, 6 de agosto de 2011

Esmerto

Es la única forma que tengo de enfrentarme conmigo mismo, relucir mis verdades y sacrificar pensamientos. Porque no existe otro como yo, que piense como yo, que sienta como yo, que ame como yo, sin amar de verdad y odiando de a poquito. 
Si llegan a descubrir que yo lo maté me condenaran al encierro de nuevo, a encerrarme con el sol de mi cuarto y las ganas de dormirme llorando noche tras noche. Es difícil ocultar la verdad y asumir el reto de controlar palabras acciones y cosas.  No se porque esta noche no siento mis manos, y la pistola sigue en el mismo sitio, a la vista de todos! esperando que la descubran y me culpen directamente sin pensar el alguien más. 

Ya ni se que esta bien, ni cuantos meses faltan para volver a asesinar. Sería mas facil dispararme a mi misma, pero ya no siento las balas en mi  cuerpo y estoy hecha huecos de la manos a los pies, dejando intacto mi rostro para ocultar  heridas. Siempre encuentro complice, siempre encuentro ocasión, siempre deciden aventurarse al callejón oscuro sabiendo que me encanta sacrificar sus bonitos pensamientos hacia mi en  la misma cuadra, a la misma hora y cuando los tragos me hacen olvidar el temor, ya no quiero seguir así, pero no tiene sentido dejar viva tanta gente! sería mas facil desenterrar los cadáveres y preguntarles ¿Qué paso, por qué me miran así? por qué no se han desgastado sus ganas, porque sonríen!, por qué me atacan de a poquito con el dulzón sabor de labios muertos, si tan solo tuviera unos años menos y unas canas más estaría dispuesta a confesarlo, a gritar en otro lugar diferente al encierro que el amor no es más que la satisfacción que se encuentra después del sacrificio, después del disparo y antes de la muerte.

No me queda mas que esperar, en la silla, respirando de a poquito.. a que llegues como todos los días a preguntarme por qué sangran mis manos, por qué escribo con los pies, por qué mi mirada sigue siendo triste y como todos los días pueda responderte con un beso cálido y decirte que si curas mis heridas puedo vivir un día mas y esperarte moribunda en la silla para que me alientes a sacrificar hombres y pueda amarte de verdad.

por Tuiza