Deberiamos tener tiempo para meditar, seguir pensando y calcular con fórmulas matemáticas cada una de las palabras que decimos y cada uno de los pensamientos que nos invaden. Solo sacaría de semejantes cuestiones tan complicadas el no medir los sueños ni lo que nos mueve a conseguirlos. La actitud no tiene nada que ver con el clima porque mientras más frio hace mas calor necesitamos pero a la vez nos cubrimos más para protegernos de sentir el frio que nos hace fuertes, melancólicos y por que más olvidadizos que de costumbre. El clima tampoco tiene que ver con la actitud, y la actitud no tiene que ver con lo que sentimos. Sentimos porque hace parte de nosotros y seguramente estas palabras no son más que palabras. La actitud entonces depende de los sueños no calculados, sin fórmulas que nos enreden y la sensación vacía de dejarle todo a la magia del instante, al recuerdo de los que no estan, a la música que nos alimenta, al sexo que nos enloquece, a las tiras de color que me matan y a pensar que ella no esta tan loca como deberia, enferma tal vez, divina a través del tiempo, insegura de pronto, es decir, nada de eso tiene que ver con la actitud. Se que no me entienden, y no los culpo, yo tampoco lo hago, no lo pretendo y solo espero enfrentar mis traumas para dejar atrás el encanto. Tu sabes de lo que hablo.
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